Negro encaje sobre
piel de cristal.
Que bella eres, que
suave al tocar
...perfumada y tersa,
entregada al azar.
En mis sueños recreo
el recorrido por tu
cuerpo magistral.
Me recrimino mi
ansiedad;
eres tal regocijo,
que
no sabía por dónde empezar.
Pero ahora que conozco
los caminos de tu
humanidad...
te deseo a cada
segundo
para explorarte en paz
y regalarnos
sensaciones
que perduren una
eternidad.
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